TRABAJO FINAL

 El caso de Altavista

 

Santiago Arboleda Rendón (5,0)

Jose Miguel Murillo Pulgarín (5,0)

  Pablo Valencia Ochoa (5,0)   

Juan José Zabala Preciado (5,0)

 

 10D

 

Profesor:

Juan Pablo Muñoz

 

UNESAM

 

 

Narrador: Había una vez un niño feo y repugnante llamado Ebelio…

Ebelio: Cucha, ya le voy a llevar la gasimba a mi abuelo pa' que se le quite ese mareito breve

Narrador: Ebelio se encontraba rumbo a la casa de Tito y en el camino se encuentra a la Chanda

Chanda: ¿A donde se dirige parcerito?

Ebelio: A visitar a mi Tito que está agonizando.

Chanda: Venga yo me le pego. Esto está muy azaroso por acá.

Ebelio: Gracias papi se le agradece, pero mi cucha me dijo que no hable con extraños.

Chanda: Está bien mi niño, pero mucho ojito con en el camino.

Narrador: La chanda se aleja entre la gente y Ebelio continúa su camino, mientras la Chanda muy hábil por cierto, corrió a la casa de Tito y golpeó su puerta…

Tito: ¿Quién es?.

Chanda: Tito soy Ebelio, te traje comida para que se nutra bien melo.

Tito: ¡Ah! entra, querido. Estoy en la cama.

Chanda: Hola viejoooooo. ¡¡¡¡Sorrrrrrpresa!!!!.

Tito: ¡Ohhhh! ¡¡¡¡Socorro!!!! ¡¡¡¡Socorro!!!!.

Narrador: La chanda devoró al Tito en un instante, se vistió con sus ropas y se metió en la cama. Ebelio golpeó la puerta…

Chanda: ¿Quién es?

Ebelio: Soy yo, tu nieto favorito.

Chanda: Entra, querido.

Ebelio: ¡Hola! Ohhh, Tito, ¡¡qué pepas de guama te mandás!!

Chanda: Son para verte mejor, tesoro.

Ebelio: Y Tito, ¡¡qué brazotes tenés mi pana!!

Chanda: Para tocarte mejor, tesoro.

Ebelio: Pero Tito, ¡¡qué dientes más grandes!!

Chanda: ¡¡Pa' tragarte mejor, mi amor!!

Narrador: La chanda se devoró a Ebelio en un parpadeo. Estaba tan satisfecho que pronto se quedó dormido y empezó a roncar ruidosamente. Esos sonidos llamaron la atención de un Gamin que pasaba y echó un vistazo para averiguar… así fue que el valiente Gamin que vivía cerca, entró a la casa del Tito y al ver a la chanda con la panza hinchada y dormido sobre de la cama del Tito vistiendo sus ropas, lo hizo vomitar, Ebelio y este salieron de un brinco.

Ebelio: ¡¡Muchísimas gracias!!.

Tito: ¡¡Le estaremos siempre agradecidos!!.

Chanda: Perdón, tenía mucha hambre, estaba desesperado y no sabía qué hacer, espero que me perdonen y me tengan en la buena

Ebelio: Tu tranquilo que la buena, todos nos equivocamos, ven con nosotros a nuestra casa que allí te cuidaremos

Tito: Si ven, te daremos todo lo que te haga falta, pero no nos puedes volver a devorar.

Narrador: Ebelio aprendió a perdonar y consiguieron una mascota que sería su compañero de por vida

Comentarios

Entradas más populares de este blog